En
el Perú, desde tiempos inmemoriales el cultivo de la coca ha formado parte de
la tradición y costumbres del campesinado andino. La coca es utilizada en la
masticación, efectos estimulantes, en aplicaciones medicinales y en rituales
religiosos se estima que estos usos y
aplicaciones datan de alrededor de 6,500 años antes a la conquista española del
Perú. Al conjunto de usos aplicados a la coca por los descendientes de las culturas
ancestrales del Perú se le conoce como "uso tradicional lícito",
reconocido en el art. 14 inc. 2 de la Convención de las Naciones Unidas contra
el Tráfico Ilícito de Estupefacientes de 1988.
El
uso tradicional de la hoja de coca ha comprometido las múltiples dimensiones
del acontecer social jugando una función central en toda ceremonia colectiva de
trascendencia: bautizos, matrimonios, defunciones, organización de
celebraciones, etc. Es precisamente el carácter "sagrado" atribuido a
la planta, lo que la ha tornado en objeto de reverencia y culto otorgándole a
la vez profundo significado. La hoja como, "hoja sagrada" no sólo
enriquecía la solidaridad social sino que facilitaba la comunicación ritual con
las divinidades.
Esto
a la vez que hermanaba a los hombres fomentando la solidaridad interna y la
integración del grupo, los ponía en contacto con fuerzas tutelares que son el
sustento activo de su sociedad y de la naturaleza donde ésta habita. Esta
integración del individuo, con su familia, su comunidad, su cultura y su medio
ambiente a través de la hoja de coca, hizo de la planta un verdadero símbolo de
identidad étnica.
Dado
su carácter sagrado, la hoja de coca actuaba como símbolo de prestigio y ha
sido objeto de intercambio recíproco, regalo preciado y medio general de
trueque. Es por ello que en el contexto indígena la coca es la "primera
mercancía" y, en particular, la de mayor liquidez y circulación, jugando
el rol de "cuasi moneda", ya que era uno de los productos
susceptibles de ser intercambiados por casi el total de los bienes que han
circulado secularmente en la economía campesina de los Andes.
Asimismo,
la coca en su patrón tradicional siempre ha formado parte integral del proceso
productivo. En el trabajo de campo, la construcción de infraestructuras, el
pastoreo, el transporte y el almacenaje de semillas, se masticaba en los
momentos previos al trabajo, durante reposo y al término de la tarea.
Esta práctica asume aún mayor significado y simbolismo, cuando se trata de
faenas comunales.
Otro
aspecto igualmente importante en el uso tradicional de la coca es su papel en
la práctica mítica tradicional andina, así como en la adivinación e invocación
de poderes ocultos. El campesino indígena le reconocía múltiples propiedades
medicinales para tratar diversas enfermedades. Muchas veces, la coca se ha
utilizado como mecanismo de diagnóstico, estableciéndose a partir de éste una
estrategia terapéutica.
Se
puede afirmar que muchos de estos usos tradicionales están aún presentes en las
poblaciones campesinas alto-andinas y en las poblaciones, originarias de los
Andes que han emigrado hacia los principales centros poblados. En la
actualidad, estas poblaciones usan la hoja de coca para la masticación en los
trabajos y faenas que realizan, siendo ésta la modalidad de uso más difundida,
mitigando el hambre, la sed y el cansancio. Los otros usos son los rituales y
medicinales, mientras aquellos restantes van perdiendo vigencia a medida que
los intercambios de mercancías se monetizan y las nuevas generaciones emigran
hacia las ciudades y adoptan distintos patrones educativos y culturales.
Si
bien la planta coca es más conocida por sus hojas, usadas para el tradicional
chacchado e infusiones y para los modernos mates de coca en que se muelen las
hojas y se ponen en infusión, últimamente se está desarrollando la industria de
la planta coca a base de la molienda de sus hojas.
La
Harina de Coca es el polvo resultante de la molienda de las hojas de coca,
especialmente en un molino de bolas, a temperatura ambiente ligeramente elevada
por el proceso mecánico de la molienda y que da como resultado una sustancia de
consistencia polvorienta (hojas de coca micropulverizadas), integral (con todos
los elementos químicos y nutrientes de la hoja de coca natural).
Propiedades de la hoja
de coca
Las
hojas de coca integrales contienen todos sus componentes naturales: hidratos de
carbono, proteínas, caroteno, tiamina, riboflavina, vitamina C, niacina,
calcio, fósforo, hierro, sodio, potasio y alcaloides naturales entre los que se
encuentra la cocaína. De la planta se pueden obtener aceites saborizantes para
caramelos y perfumes, entre otras aplicaciones.
Mucho
se está hablando sobre los valores nutritivos de las Hojas de coca (naturales,
molidas, en harina o infusiones). Algunos autores han referido que los
elementos nutritivos de la coca no son asimilables. Sin embargo estudios más
modernos han dejado sin lugar a dudas que las cantidades altamente
significativas de nutrientes de la coca se absorben adecuadamente, inclusive
algunas como la tiamina, al 100% , como lo demostró el estudio Collazos en
1964.
En
el estudio Collazos se determina la absorción de varios nutrientes, entre ellos
la tiamina (100%), riboflavina y caroteno, antes y después de la masticación y
porcentaje de su extracción. Referente a la riboflavina parece existir relación
directa entre la cantidad de coca mascada y la extraída. Y en el caso del
caroteno se extrajo más del 50%.. La conclusiones de Collazos y colaboradores
indicaron que la hoja de coca, tal como se le mastica, contiene varias
sustancias nutritivas, algunas de ellas en proporción llamativa (calcio,
caroteno, riboflavina, tiamina, hierro y niacina),y durante la masticación se
extraen proporciones no desdeñables, por cierto, de varios nutrientes, entre
ellos la provitamina caroteno y la vitamina A, que aumentan su concentración en
la sangre.
Por su parte Duke y colaboradores resaltan el contenido de
nutrientes que tienen las hojas de coca y su notoria cantidad en comparación
con otras plantas conocidas de la región, coincidiendo con los análisis de
Collazos. Duke y colaboradores opinan que "pocas plantas alimenticias
pueden suplir el calcio y el hierro en la Ración Dietética Recomendada (RDA).
Los informes presentados aquí sobre las hojas de Bolivia sí llenan los requisitos
de la RDA".
Mucho
se promociona los beneficios de la harina de coca en la salud humana. Sin
embargo esta nueva modalidad de usar las hojas de coca que, aunque hayan
algunas menciones anecdóticas de su uso en el incanato, no ha sido estudiada
adecuadamente ni con casuísticas clínica ni estadísticamente válidas. Son muy
raras las contraindicaciones del chacchado de las hojas de coca, por lo que su
uso bajo la modalidad de harina de coca no debería presentar mayores problemas
para la salud. El problema está en la dosificación, que en la mayoría de casos
no ha sido médicamente calculada y en su administración a aquellas personas de
alto riesgo, como los hipertensos descontrolados, las embarazadas, niños
pequeños o personas con glaucoma y alérgicas a alguna proteína u otro
componente de la coca.
La
Industria médica de la coca no es una novedad. Como lo demuestran la historia y
los productos que sobrevivieron especialmente la famosa coca cola, que
inicialmente se promocionaba como tónico para los nervios y dolores de cabeza.
Aunque la industria de la coca nunca desapareció, si se redujo a una industria
artesanal y escondida a causa de las prohibiciones y políticas erradas de los
gobiernos andinos. Sin embargo las investigaciones científicas de los efectos
de chacchado y beber hojas de coca continuaron en diversos laboratorios
nacionales y extranjeros, demostrándose que el uso de la cocaína por vía oral
en dosis muy superiores a las consumidas por los chacchadores tradicionales y
por los bebedores de infusiones de coca, incluyendo los mates, no producía
trastornos psicológicos ni de conducta, ni llevaba a enfermedades. Más bien, se
demostró una vez más que consumir hojas de coca aumenta la resistencia al
trabajo y mejora el ánimo, reduce el estrés laboral y el de la vida diaria,
siendo un magnífico energizante natural.
En
los últimos años, los defensores del buen uso de la coca y sus derivados, entre
ellos científicos, sociólogos y actualmente industriales, han reiniciado la
elaboración de productos a base de coca integral, de sus extractos o de su
harina, gracias a la presión que muchos industriales artesanales han hecho para
popularizar los productos a base de coca, pero también se están incrementando
el número de industrias que han obtenido licencias para industrializar y
comercializar las hojas de coca bajo su forma de harina o extractos. Sin
embargo, no todos los promotores de la harina de coca poseen la información o
conocimientos fundamentales del contenido y de los efectos del uso de la harina
de coca, por lo que se ha creado mucha confusión y exageraciones o
deformaciones sobre sus bondades o perjuicios. Hay personas que recomiendan la
harina de coca para todo, sea cáncer, sida, osteoporosis y también para el uso
en niños. Eso no es correcto si no hay evidencias tradicionales ni científicas.
Administrar regularmente harina a los niños no tiene un fundamento científico
probado, ni tradicional, ya que los incas no les administraban habitualmente
harina a sus hijos. Recién cuando empezaban a trabajar (12 a 14 años) se
iniciaban en el chacchado de las hojas, usando una sustancia alcalina a base de
cenizas de plantas o sus semillas (llipta). Sin embargo nunca se demostró el
por qué usaban sustancias alcalinas (llipta). Algunos afirmaban que era para
bajar el sabor fuerte de la coca y otros más acuciosos decían que era para
extraer mejor la cocaína de las hojas. Ambas hipótesis eran válidas, pero la
segunda era la verdaderamente científica.