viernes, 19 de abril de 2013

La Hoja de Coca, Planta Milenaria del Perú.


En el Perú, desde tiempos inmemoriales el cultivo de la coca ha formado parte de la tradición y costumbres del campesinado andino. La coca es utilizada en la masticación, efectos estimulantes, en aplicaciones medicinales y en rituales religiosos  se estima que estos usos y aplicaciones datan de alrededor de 6,500 años antes a la conquista española del Perú. Al conjunto de usos aplicados a la coca por los descendientes de las culturas ancestrales del Perú se le conoce como "uso tradicional lícito", reconocido en el art. 14 inc. 2 de la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes de 1988.
El uso tradicional de la hoja de coca ha comprometido las múltiples dimensiones del acontecer social jugando una función central en toda ceremonia colectiva de trascendencia: bautizos, matrimonios, defunciones, organización de celebraciones, etc. Es precisamente el carácter "sagrado" atribuido a la planta, lo que la ha tornado en objeto de reverencia y culto otorgándole a la vez profundo significado. La hoja como, "hoja sagrada" no sólo enriquecía la solidaridad social sino que facilitaba la comunicación ritual con las divinidades.
Esto a la vez que hermanaba a los hombres fomentando la solidaridad interna y la integración del grupo, los ponía en contacto con fuerzas tutelares que son el sustento activo de su sociedad y de la naturaleza donde ésta habita. Esta integración del individuo, con su familia, su comunidad, su cultura y su medio ambiente a través de la hoja de coca, hizo de la planta un verdadero símbolo de identidad étnica. 
Dado su carácter sagrado, la hoja de coca actuaba como símbolo de prestigio y ha sido objeto de intercambio recíproco, regalo preciado y medio general de trueque. Es por ello que en el contexto indígena la coca es la "primera mercancía" y, en particular, la de mayor liquidez y circulación, jugando el rol de "cuasi moneda", ya que era uno de los productos susceptibles de ser intercambiados por casi el total de los bienes que han circulado secularmente en la economía campesina de los Andes. 
Asimismo, la coca en su patrón tradicional siempre ha formado parte integral del proceso productivo. En el trabajo de campo, la construcción de infraestructuras, el pastoreo, el transporte y el almacenaje de semillas, se masticaba en los momentos previos al trabajo, durante reposo y al  término de la tarea. Esta práctica asume aún mayor significado y simbolismo, cuando se trata de faenas comunales.
Otro aspecto igualmente importante en el uso tradicional de la coca es su papel en la práctica mítica tradicional andina, así como en la adivinación e invocación de poderes ocultos. El campesino indígena le reconocía múltiples propiedades medicinales para tratar diversas enfermedades. Muchas veces, la coca se ha utilizado como mecanismo de diagnóstico, estableciéndose a partir de éste una estrategia terapéutica. 
Se puede afirmar que muchos de estos usos tradicionales están aún presentes en las poblaciones campesinas alto-andinas y en las poblaciones, originarias de los Andes que han emigrado hacia los principales centros poblados. En la actualidad, estas poblaciones usan la hoja de coca para la masticación en los trabajos y faenas que realizan, siendo ésta la modalidad de uso más difundida, mitigando el hambre, la sed y el cansancio. Los otros usos son los rituales y medicinales, mientras aquellos restantes van perdiendo vigencia a medida que los intercambios de mercancías se monetizan y las nuevas generaciones emigran hacia las ciudades y adoptan distintos patrones educativos y culturales.
Si bien la planta coca es más conocida por sus hojas, usadas para el tradicional chacchado e infusiones y para los modernos mates de coca en que se muelen las hojas y se ponen en infusión, últimamente se está desarrollando la industria de la planta coca a base de la molienda de sus hojas.
La Harina de Coca es el polvo resultante de la molienda de las hojas de coca, especialmente en un molino de bolas, a temperatura ambiente ligeramente elevada por el proceso mecánico de la molienda y que da como resultado una sustancia de consistencia polvorienta (hojas de coca micropulverizadas), integral (con todos los elementos químicos y nutrientes de la hoja de coca natural).
Propiedades de la hoja de coca
Las hojas de coca integrales contienen todos sus componentes naturales: hidratos de carbono, proteínas, caroteno, tiamina, riboflavina, vitamina C, niacina, calcio, fósforo, hierro, sodio, potasio y alcaloides naturales entre los que se encuentra la cocaína. De la planta se pueden obtener aceites saborizantes para caramelos y perfumes, entre otras aplicaciones. 
Mucho se está hablando sobre los valores nutritivos de las Hojas de coca (naturales, molidas, en harina o infusiones). Algunos autores han referido que los elementos nutritivos de la coca no son asimilables. Sin embargo estudios más modernos han dejado sin lugar a dudas que las cantidades altamente significativas de nutrientes de la coca se absorben adecuadamente, inclusive algunas como la tiamina, al 100% , como lo demostró el estudio Collazos en 1964. 
En el estudio Collazos se determina la absorción de varios nutrientes, entre ellos la tiamina (100%), riboflavina y caroteno, antes y después de la masticación y porcentaje de su extracción. Referente a la riboflavina parece existir relación directa entre la cantidad de coca mascada y la extraída. Y en el caso del caroteno se extrajo más del 50%.. La conclusiones de Collazos y colaboradores indicaron que la hoja de coca, tal como se le mastica, contiene varias sustancias nutritivas, algunas de ellas en proporción llamativa (calcio, caroteno, riboflavina, tiamina, hierro y niacina),y durante la masticación se extraen proporciones no desdeñables, por cierto, de varios nutrientes, entre ellos la provitamina caroteno y la vitamina A, que aumentan su concentración en la sangre.

Por su parte Duke y colaboradores resaltan el contenido de nutrientes que tienen las hojas de coca y su notoria cantidad en comparación con otras plantas conocidas de la región, coincidiendo con los análisis de Collazos. Duke y colaboradores opinan que "pocas plantas alimenticias pueden suplir el calcio y el hierro en la Ración Dietética Recomendada (RDA). Los informes presentados aquí sobre las hojas de Bolivia sí llenan los requisitos de la RDA". 
Mucho se promociona los beneficios de la harina de coca en la salud humana. Sin embargo esta nueva modalidad de usar las hojas de coca que, aunque hayan algunas menciones anecdóticas de su uso en el incanato, no ha sido estudiada adecuadamente ni con casuísticas clínica ni estadísticamente válidas. Son muy raras las contraindicaciones del chacchado de las hojas de coca, por lo que su uso bajo la modalidad de harina de coca no debería presentar mayores problemas para la salud. El problema está en la dosificación, que en la mayoría de casos no ha sido médicamente calculada y en su administración a aquellas personas de alto riesgo, como los hipertensos descontrolados, las embarazadas, niños pequeños o personas con glaucoma y alérgicas a alguna proteína u otro componente de la coca. 
La Industria médica de la coca no es una novedad. Como lo demuestran la historia y los productos que sobrevivieron especialmente la famosa coca cola, que inicialmente se promocionaba como tónico para los nervios y dolores de cabeza. Aunque la industria de la coca nunca desapareció, si se redujo a una industria artesanal y escondida a causa de las prohibiciones y políticas erradas de los gobiernos andinos. Sin embargo las investigaciones científicas de los efectos de chacchado y beber hojas de coca continuaron en diversos laboratorios nacionales y extranjeros, demostrándose que el uso de la cocaína por vía oral en dosis muy superiores a las consumidas por los chacchadores tradicionales y por los bebedores de infusiones de coca, incluyendo los mates, no producía trastornos psicológicos ni de conducta, ni llevaba a enfermedades. Más bien, se demostró una vez más que consumir hojas de coca aumenta la resistencia al trabajo y mejora el ánimo, reduce el estrés laboral y el de la vida diaria, siendo un magnífico energizante natural. 
En los últimos años, los defensores del buen uso de la coca y sus derivados, entre ellos científicos, sociólogos y actualmente industriales, han reiniciado la elaboración de productos a base de coca integral, de sus extractos o de su harina, gracias a la presión que muchos industriales artesanales han hecho para popularizar los productos a base de coca, pero también se están incrementando el número de industrias que han obtenido licencias para industrializar y comercializar las hojas de coca bajo su forma de harina o extractos. Sin embargo, no todos los promotores de la harina de coca poseen la información o conocimientos fundamentales del contenido y de los efectos del uso de la harina de coca, por lo que se ha creado mucha confusión y exageraciones o deformaciones sobre sus bondades o perjuicios. Hay personas que recomiendan la harina de coca para todo, sea cáncer, sida, osteoporosis y también para el uso en niños. Eso no es correcto si no hay evidencias tradicionales ni científicas. Administrar regularmente harina a los niños no tiene un fundamento científico probado, ni tradicional, ya que los incas no les administraban habitualmente harina a sus hijos. Recién cuando empezaban a trabajar (12 a 14 años) se iniciaban en el chacchado de las hojas, usando una sustancia alcalina a base de cenizas de plantas o sus semillas (llipta). Sin embargo nunca se demostró el por qué usaban sustancias alcalinas (llipta). Algunos afirmaban que era para bajar el sabor fuerte de la coca y otros más acuciosos decían que era para extraer mejor la cocaína de las hojas. Ambas hipótesis eran válidas, pero la segunda era la verdaderamente científica.

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